¿Por qué estudiar Musicoterapia?

¿Quieres ser Musicoterapeuta?

La Musicoterapia es la disciplina que reúne a la Psicología y a la Medicina con la Música. Busca mejorar el estado de salud mental de las personas con padecimientos emocionales y patológicos, lo cual también trae aparejadas repercusiones físicas positivas. Si bien es un campo que se trabaja desde la prehistoria, hace pocas décadas que ha tomado una relevancia específica como terapia alternativa.

Un Musicoterapeuta del área pedagógica de la Escuela Superior de Música nos cuenta más acerca de esta carrera:

—¿Por qué elegiste estudiar Musicoterapia?

—Estudié Música cuando terminé la secundaria, siempre me dediqué a dar clases. Hace ya más de una década, una amiga me invitó a animar cenas que hacían en el centro de lucha contra el cáncer, donde residen personas con dicho padecimiento, y empecé a notar la forma en la cual, según la melodía que tocaba, influía en ellas. Durante un tiempo lo hice de esta forma sólo por placer, aunque fui seleccionando bibliografía para entender más sobre lo que estaba sucediendo. Después de un año me encontré en Buenos Aires estudiando esta carrera y hace ya tres que me recibí y volví a mi ciudad a ejercerla, casi como una novedad.

—¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?

—Haber descubierto la capacidad que tiene algo tan primitivo y alucinante como la música de variar por completo las emociones de una persona, sacarlas de un pozo depresivo o quitarles el temor a la muerte, extremos que me satisfacen profesionalmente.

—¿Hay algo que no te guste?

—Sí. Obviamente la música como terapia es capaz de mejorar el estado actual de las personas, su calidad de vida, y hasta extender sus expectativas beneficiando su salud física desde lo psicológico. Pero esto no siempre es así. Son muchos los casos en los cuales las personas tienen una mejoría, pero conviven con una enfermedad incurable. Eso es muy triste de ver.

—¿En qué consiste concretamente tu trabajo?

—Así como la Musicoterapia es una profesión atravesada por otras disciplinas, a la hora de tratar personas también lo abordamos interdisciplinariamente con profesionales de otras áreas. Mi tarea consiste en administrar los ritmos, los instrumentos musicales y las voces en función de una respuesta emocional esperada. Esto es, concretamente, detectar qué melodía y tono despiertan alegría en una persona depresiva, por ejemplo, qué melodía distrae a la persona con miedo, cuál estimula a las personas con padecimientos físicos concretos apartando sus pensamientos de la enfermedad, entre otras. Desde mi lugar en la Escuela de Música, es muy gratificante ver cómo la matrícula de inscriptos con patologías psicofísicas se ha incrementado, logrando estos cursas las carreras sin inconvenientes y al mismo ritmo que un alumno sin problemas diagnósticos.

—¿Por qué sugerirías a alguien estudiar Musicoterapia?

—Creo que es algo que debe sentirse. Tienen que converger la pasión por la música, la intención de ayudar al otro y mejorar su vida y las ganas de estudiar materias tan complejas como las principales de las carreras de Medicina o Psicología. Como sugerencia, la haría porque aporta una mirada y una paliación diferente a dolencias tradicionales.